2 may 2019

Fin

Hace catorce años comenzó a escribirse este blog.
Lo abrí una noche de junio, seguramente calurosa, con toda certeza insoportable.
Había renunciado a mi empleo, había despreciado una casa y había perdido un amor. 

No me conmovió en ese entonces el ardor de mis naves sobre el horizonte. 
Nada sabía del mar y sus profundidades, de su furia contenida, de su poder destructor.
Pero recibí sin merecerlo la bendición de la sal.
Y mis heridas, expuestas al sol del Oriente, por fin cicatrizaron. 

En el viaje de regreso me encontré con un nuevo empleo, una nueva casa, un nuevo amor.
Por eso heme aquí, catorce años después, dispuesto a cerrar el episodio. 
A decir a los cuatro vientos: no soy más el que fui. 
Nada queda de aquel que escribía en un blog durante las sofocantes noches de verano.



Ciudad de México, 2019