12 jun 2005

El peso de la tradición

De todos las personas que conozco, quizá Jaime Mesa sea la única de quien puedo decir con certeza que conoce a cabalidad la importancia del “asunto literario” en mi vida. Quizá porque nos hicimos escritores juntos, o porque a la par de los placeres hemos compartido también los sinsabores (o sea, las chingas) de este adictivo oficio.
En la literatura, en el trabajo, o en la amistad, las palabras de Jaime siempre han tenido para mí ese aire de autoridad que suelo conferir sólo a las personas que respeto y estimo. Por eso el texto que Jaime leyó ayer, durante la presentación de mi libro, tocó fibras sensibles. Sus palabras han significado un oasis en el inmenso desierto por el que vago perdido desde hace ya varios meses.
Espero algún día corresponder ese gesto.

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