3 abr 2006

De lo verdadero

Acabo de llegar de Oaxaca. Abro mi cuenta y encuentro un correo de Ixchel. Me felicita por mi cumpleaños. Pregunta por mí. Me da algunos consejos para resolver cierto asunto que de un tiempo a la fecha me tiene azorado. Me cuenta las cosas buenas que han pasado en su vida durante este último año.
En el fondo la percibo contenta. Y eso me da un gusto enorme. Uno se regocija con la felicidad de la gente que quiere, que siempre ha querido.
Pienso, después de contestar su correo, en lo irónica que es la vida.
En cómo las personas cambian (para bien o para mal)
Y en cómo lo verdadero permanece.
Y lo falso se va, de un día para otro.
Se disuelve en el aire como si nunca hubiera existido.

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