19 abr 2007

De las labores "non gratas"

Todos los jueves, el pasquincito en el que trabajo hace un pasquincito más jodido aún, que sale en forma de suplemento los días lunes. El encargado de dar coherencia a la retahíla de boletines, seudo reportajes y otras aberraciones del género periodístico que prefiero no mencionar, soy yo. Así que por lo regular, en noches como hoy, mientras me esfuerzo por encontrar una cabeza más o menos afable para una noticia que no es noticia, o titular una crónica que se sumerge, cual grosero y pesado armatoste, en los mares profundos del aburrimiento, me pregunto una y otra vez: ¿cómo diablos puede alguien hacer dinero con algo así? ¿existirá de verdad un segmento de lectores interesado en leer el pasquín de un pasquín? Y más extraño aún ¿qué carajos hago yo trabajando en un sitio como éste? Claro que después me vienen a la mente los recibos del banco, la renta del departamento y un montón de necesidades que para bien o para mal, subsano con el mini-salario que percibo ejerciendo el subvalorado y humilde oficio de editor. Entonces dejo de hacerme preguntas y cual reo en vísperas de la evasión, me concentro en repasar, detalle a detalle, los pormenores de mi huida.

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