8 jun 2007

Tercera declaración de principios

Pocas cosas en verdad han sido constantes en mi vida. La familia, los amigos y párale de contar. Quienes me conocen bien, saben de mi renuencia a asumir sin necesidad nuevas responsabilidades. Sin embargo, de un tiempo a la fecha, casi sin darme cuenta, alimentar este blog se ha sumado a la lista de pendientes cotidianos a los que someto sin culpa mi voluntad y mi tiempo.
Todo esto para anunciar que en unas cuantas horas se cumplirá un aniversario más desde que esta bitácora decidió colgarse de la red para ocupar un modesto lugar en el ciberespacio.
Dicen los que llevan más en esto, que con el paso del tiempo uno llega a convertirse en esclavo de su propio blog. Ignoro si eso ya ha sucedido conmigo, pero en la celebración de los primeros dos años de existencia de esta bitácora virtual me siento obligado a agradecer (a quien sea que haya que hacerlo) por la oportunidad de coleccionar y exponer en este espacio mis estados de ánimo y mis pensamientos. En fin, no vamos a ponernos cursis.
Larga vida pues, a este blog y a su autor, que festejan esta noche la suerte de haberse encontrado.

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