28 ago 2009

Sofía


Es raro pensar a la familia Hernández Flores con un nuevo miembro. Nosotros, siempre tan independientes y solitarios, volcados ahora sobre el nuevo integrante, que apenas se ha incorporado, y carga ya con toda una serie de responsabilidades y expectativas que de pronto se antojan desmesuradas.
Yo pienso en su llegada como un regalo. Como una oportunidad de hacer las cosas bien. Aunque es bien sabido que la sucesión generacional ha sido siempre el mecanismo que perpetúa ad infinitum las pifias y errores de los que nos preceden. Pero bueno, el gusto y la intención (ahora y por un buen tiempo) no nos la quita nadie.
Bienvenida pues, Sofía, querida sobrina mía, a éste, el mundo real.

3 comentarios:

Bustrofedón dijo...

Es lo más cercano que tendrás a un hijo, por ahora. Disfrútalo así.

Laura Alvarez dijo...

Fofi!!

karlatone dijo...

Querido Álvaro:


Qué grandiosa sorpresa y regalo para ustedes.
Muchísimas felicidades.
Colgué en fortis imaginatio casi para ti.

un abrazo enorme y alegrísimo por Sofía,

k