31 dic 2006

De los años pasados

Hay años para olvidar. Años de noches perdidas. Años que cuando terminan es mejor archivar en el oscuro expediente de las cosas que se tuvieron que hacer algún día.
Hay años que se suceden unos a otros, que se encadenan para construir situaciones que se nos figuran eternas. Años de tierna inconciencia, de trayecto firme y aparentemente seguro por el océano de incertidumbres que es la vida.
Hay años de reposo, de recapitulación, de simulada calma. Años de voluntaria expiación. Años en los que la inmovilidad constituye la única forma posible para seguir avanzando. Años de hibernación, de parálisis simulada. Años de un activo y productivo letargo.
Hay años, como el que hoy termina, en los que uno aprende a olvidar lo aprendido. Años que te sorprenden a la vuelta de la esquina. Años en los que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Años que dan sentido a otros años. Años en los que todo es volver a empezar…

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