3 ene 2007

Simbiosis plástica


Nunca he sido bueno para las manualidades. Aún a la fecha, dibujar, recortar, hacer un amarre, o incluso conectar los cables de mi computadora, son actividades que realizó con un máximo de esfuerzo y con resultados casi siempre pobres o mediocres.
De niño, en los scouts, este defecto ocasionó que mi tropa perdiera todos los concursos de nudos en los que yo participaba, y que los diez de mayo mi mamá recibiera siempre los regalos más feos que salían de los talleres de la escuela. Actualmente escribir una carta o dedicar un libro me deja siempre una sensación de incomodidad ante lo desaliñada y deslucida que parece mi letra.
Todo esto para explicar mi participación en el mural con el que competimos en el concurso escolar durante el último año de preparatoria.
Se llamaba si mal no recuerdo Simbiosis plástica. La idea original consistía en hacer coexistir en un mismo espacio diversas imágenes extraídas de las pinturas famosas que conocíamos. Desde las pinturas rupestres de Altamira, y los bocetos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, pasando por Dalí, Picasso, Velázquez, Van Gogh, la portada de un disco de Pink Floyd y alguna que otra aportación personal, cubrimos el espectro de lo que en aquel entonces considerábamos nuestra cultura visual. Cuando los jueces pasaron revista a los trabajos quedaron sorprendidos. De toda la escuela fuimos los únicos que no utilizamos imágenes religiosas o estampas de la Puebla colonial para decorar los pasillos. Ahora, a la distancia, me gusta pensar que la elección del tema de nuestro mural fue una especie de protesta en contra de la uniformidad académica y cultural de la institución en la cual cursábamos nuestros estudios. Pero no estaría tan seguro.
Como era lógico perdimos. No recuerdo si fue ante un cursi y monumental San Juan Bautista de La Salle, o frente a una estampa bucólica, extraída seguramente del calendario de un taller mecánico, que representaba con majestuosidad los volcanes del valle poblano.
Como regalo de fin de año, nuestras mujeres decidieron comprar el pizarrón que nos sirvió de lienzo y nos los entregaron formalmente en una de esas cenas navideñas que hasta la fecha siguen siendo costumbre. A partir de entonces el destino de nuestro mural es incierto. Algún tiempo permaneció en la habitación de Nacho hasta que su abuela pidió que lo sacaran de ahí porque en las noches le daba miedo. Después estuvo arrumbado por varios años en el taller de resina de la familia Kasusky y no volvimos a saber más de él hasta el día de ayer, que Juan Carlos rescató una fotografía que nos envió a todos por correo.
He dicho antes que la pintura, entre muchas otras artes nunca ha sido mi fuerte. Por eso debo confesar que mi aportación al mural consistió en rellenar el fondo (negro para acabarla de joder) y delinear las siluetas de los bocetos que Nacho y Juan se ocupaban en reproducir haciendo gala de sus habilidades artísticas.
Supongo que en algún lugar del mundo Simbiosis plástica guarda reposo. Lleno de polvo y probablemente deteriorado, el mural conserva en una de sus esquinas el nombre de los artistas que lo concibieron y lo crearon. Aunque usted no lo crea, el mío aparece ahí.

4 comentarios:

Laia Jufresa dijo...

qué? estás bromeando??

tenemos que encontrarlo!!

primero iremos con los kankuski y los interrogaremos. luego analizaremos la foto y posteriormente... todo eso.

miss marple wouldnt have it any other way

Bustrofedón dijo...

jajaja, gueeyy
No me acordaba del título: "Simbiosis plástica", jajaja

Recuerdo bien que no nos sorprendió perder, y tienes razón en que si alguna virtud tenía el mural, era que realmente quisimos hacer algo que aportara más que la imagen de calendario de "El Pollo": el Popocatépetl arrodillado en el lecho de la Iztaccíhuatl, que realmente tenía más virtudes decorativas que el nuestro, y ganó el primer lugar, cómo no.

El Alvaro dijo...

Eramos bien chaquetos, me cae... eramos?

Anónimo dijo...

Debo admitir que me es muy interesante como por una palabra "googleada" puedes llegar a los lugares menos esperados... y encontrar la mencion de tu abuela en un blog...

Cuidate Alvarito, en donde quiera que estes y solo porque tambien son como parte de mi familia... buscare ese dichoso mural por mi casa.
Saludos