7 oct 2008

Noche Calamaro

No existe aún la palabra que describa aquello que no se puede decir con palabras. Ni el momento que condense en su devenir la esencia de todo momento. Así que no voy a abundar mucho. Sólo diré que llevo un par de días –literalmente- pasmado, incapaz de recuperarme tras la descarga de adrenalina y emoción que me dejó el fin de semana.
Y es que más allá de lo que significa en lo personal Calamaro, lo del domingo pasado fue mucho más que 40 mil personas cantando a coro “Paloma” al final de un concierto soñado. Fue reconocer a Buenos Aires tal y como siempre la había imaginado. Reconocerla a ella y reconocerme a mí, ocupando un lugar de privilegio, consciente una vez más del “aquí y el ahora” tan mentado, que hemos hecho consigna para afrontar estos días de incertidumbre financiera, laboral y emotiva.

Dejo para el recuerdo una probadita del video que tomé con lo mejor de la noche…

2 comentarios:

Gerson dijo...

Máster, pues que te puedo decir sólo: ¡que maldita envidia!

Candelaria dijo...

Con razón no pude reconocer a los compatriotas. si habís tanta gente.
ja.
yeah!
saludos también en Bs. As. con unos brazos de Oaxaquita.